22.11.09

Séptimo Pok!Cast


Ya llegó, ya está aquí, llegó llegó! El Séptimo Pok!Cast, para que usted, podcast oyente se deleite con la voz del pollo... Simóoon jaja

Bueno, en este nuevo pok!cast hablo sobre algunos destinos turísticos que me gustaría conocer antes de morir. Y tengo que visitarlos! Quizás compartan mis gustos extraños sobre lugares interesantes. ¿Quién sabe?


  • Título: Lugares para conocer.
  • Duración: 15:38 min.
  • Música de fondo: Sólo Aphex Twin.
    Fingerbib, Film, Nanno, Girl/Boy song, Windowlicker.

Peso: 14.1 Mb

17.11.09

pio pio pio pio pio pio

Supuestamente así dicen los pollos cuando tienen hambre y cuando tienen frío. Yo tengo las dos, por eso lo dije seis veces. Pero no me quejo. Hay gente que no tolera el frío y se dice de Chihuahua, nomás porque se la pasa enviando sus correítos pinches de "sabes que eres de Chihuahua porque..." ¡Por favor!... El frío es lo único que te hace sentir realmente vivo cuando eres joven y realmente muerto cuando eres un anciano. Es que ya saben lo que dicen, enero y febrero, desviejadero. Y la única que está renunente a irse es mi abuela, Guadalupe Madrigal Ortiz. Bien podría ser un esqueleto carcomido por gusanitos y de todas maneras seguir vistiendo faldas largas con medias corridas, mientras pone su cara de regañada, que fue la única que le han enseñado a hacer. No como mi otra abuela, Velia González Olivas. Una señora cuerda, toma-camiones, correlona y mordelona. Quizás de ahí mismo he sacado mi instinto perruno que, a pesar de autoapodarme pollito sin cola, no poseo nada de esa identidad en mis venas. Sólo lo he elegido porque es gracioso. Mucho. Apenas lo escribo y vean cómo me río:

pollitosincolajajajaja

uff...

Pero los pollos han quedado atrás, sólo me gustan para comerlos. Los perros no me gustan para comerlos sino para retratarlos, cruzando la calle, comiendo papas, acostados, tendidos en banquetas mojadas, etcétera. La única que no he podido tomar ha sido sólo una y una sola. Hay una perrita que va a la primaria y le dicen "La Loba". Está bien cotorra porque no hace caso. Es un gato en el cuerpo de un perro. Les gruñe a los niños, camina con un aire de diva alemana de la Segunda Guerra Mundial y se relame los pelos carboneros del hocico. Quizás lo único que conserve de dignidad canina sea que esculca en la basura buscando restos de los mocosos derrochadores. Pero eso me hace pensar que no es un gato, sino un humano en el cuerpo de un perro. De una perra, más bien. Pero en realidad ella no sería en absoluto como un ser humano, podrá contonearse, podrá buscar en los desperdicios, podrá gruñirle a los lepes, pero nunca jamás rogará porque la alimenten. He ahí el mar que separa a la Loba de los humanos adulones. Ése es el lado solitario de esos seres cuya ascendencia lejana sigue siendo completamente lobuna. No por nada los vagabundos se sienten identificados con ellos. No sostienen conversación alguna, pero la compañía es lo único que requieren. Compañía y fidelidad. También comida obviamente, y por ahí dicen que con dinero baila el perro. Pero el perro, te digo, no baila por nada. Es como cuando te dicen puta y dices: "no soy puta, porque no cobro". Los perros no bailan por el dinero, menean la cola por simpatía y se acabó, al más puro estilo del "pégame pero no me dejes". Y por eso, durante décadas, se les ha considerado tontos. Los perros son como Jesús, te perdonan desde antes que les pidas disculpas. Defienden tu casa a cambio de no sé qué simpatía adquirida por el llamado síndrome de Estocolmo. Han recibido maltratos pero aún así, saben confiar, agachar las orejas y andar con la cola entre las patas. Te hacen sentir inferior con su humildad, como esa canción de un wey que quisiera ser civilizado como los animales. Debió decir, como los perros. Ellos se limpian las patas antes de comer, dicen "buenos días" y "buenas tardes" a medio mundo con la lengua y la cola, despreocupados, divertidos, correteando hormigas, ladrándole a los aviones, echados bajo el sol en tiempo de frío y en los charcos en tiempo de calor. Muerden la lluvia. Saben vivir bien y alegrarse a sí mismos. Ladran cuando juegan, ladran cuando defienden, ladran cuando tienen hambre, ladran cuando tienen frío, ladran cuando ladran. Ladran hasta para ocultar su mariconería. Sales a jugar con ellos y te reciben meneando la cola (bendita cola) dependiendo de hacia qué lado apunte, sabes cómo se siente el perro. Que si tiene los pelos parados está enojado, que si la trae metida tiene miedo, que si la trae parada está contento. Claro, quién no. Pero fuchi los french y todos esos perros accesorio. Son rete lambiscones... Pero no la Loba... Ella sí es bien loba. Quizás mañana se me ocurra ladrarle y esperar a que reaccione. Quizás mañana le pueda tomar una foto mientras esculca en la basura. Quizás mañana la vea y podamos ser amigas vagabundas, hacernos compañía sin mirarnos, sólo observando a los niños jugar al futbeis.