16.12.11

Miedo, es lo que debe tener el cielo...

Pude ver al miedo de frente, a través de unos ojos esquivos que tenían miedo a llorar, la voz quebrada por el miedo a decir algo mal, las manos trémulas como quien padece la enfermedad parkinsoniana... Fue en ese momento cuando sentí un vacío aterrador. La abrumadora soledad, de quien se encuentra perdido en una ciudad que no conoce, me cayó de golpe y estalló en mi vientre... Y tuve miedo de admitir que también tenía miedo... El terror de perder a alguien que se había incrustado en tus huesos como esas placas de metal, que si las arrancas te quiebran el fémur y piensas que no volverás a caminar. Temí convertirme en un "one hit wonder" noventero para destinarme al olvido... Y lo peor de todo: me dio miedo lanzar mi corazón a la licuadora para luego tomarlo, molido entre mis manos, y volverlo a colocar en el hueco de mi pecho, fingir que todo está bien, que late con la misma intensidad que antes, que no está ahogado y desmadrado, y hacer como que no me duele en las noches...

Ahora que el sufrimiento es verdaderamente inevitable, ya no estoy asustada... Pero duele. Duele más que un perro abandonado por su familia en la carretera. Pero, ¿qué le voy a hacer? Es triste haber vivido con la ilusión de convertirte en la obra predilecta de un artista, y luego ser un boceto desechado. Es triste que las palabras de amor en una carta no trasciendan más allá del papel. Es triste lo que la gente promete cuando se quiere... Creer que eres "the one", y luego vivir con el corazón masticado porque "dice mi mamá que siempre no"...

...

No lo sabes, pero hubo una temporada en la que estuve manejando por la carretera, todas las mañanas lloraba escuchando esas estúpidas canciones de Interpol. Era muy infeliz a tu lado, y tú también, por eso ya no nos veíamos nunca, por eso conocí a alguien más y me dejé llevar... pensé que el problema eras tú, pero la verdad es que nadie como tú me ha entendido cuando peor me he sentido. Ni siquiera él. Pensé que con alguien más iba a estar mejor, que iba a ser feliz para siempre, pero para siempre es mucho tiempo, y el problema no son los demás, soy yo...

Oh no, you try
You fly straight into my heart
You fly straight into my heart
Girl, I know you try
You fly straight into my heart
You fly straight into my heart
But here comes the fall...

¿Sabes? La otra vez escuché la canción de Read my mind. Y fue inevitable el torrente de recuerdos y la nostalgia, la tristeza, la melancolía... Me acordé de nosotros... Más que acordarme de nosotros, se me vino a la mente que fue ésa la canción que marcó nuestras vidas. Antes era la canción que nos unía, cuando yo te cantaba "can you read my mind?" tenía la certeza de que sí, que podías leer mi mente... después fue la canción que nos destrozó para siempre, en esa terrible noche donde todos los demonios que tenía guardados surgieron y lo eché todo a perder. Y a partir de ese momento he ido por la vida echando todo a perder. Entonces esa canción me recuerda constantemente que no soy capaz de ser feliz, que todo lo que llega a mis manos debo estarlo convirtiendo en mierda para que mi vida siga funcionando.

-Extrañamente, ahora que lo pienso, todo evento desastroso tiene como antecedente un vaso o una bebida caída. Ya van dos veces, pero nada más una te tocó vivir.-

Como esa canción, te acuerdas? Destroy everything you touch. Y así seguiré siendo. Ni tú ni nadie nadie puede cambiarme. Hasta hace unos días sólo recordaba lo malo de nuestra relación, como aquella vez que te dije que eras como Chayo y que ya no podía confiar en ti. La verdad el problema nunca fuiste tú, siempre lo he sido y seguiré siendo yo. Y hoy más que nunca lo odio (pinche cabrón culero mal nacido) y me detesto por haber sido tan ingenua... Soy como esa canción con la que he tenido tanto miedo de identificarme, soy como todas esas canciones de porquería, destruidas, soy como Quiero que me trates suavemente, como Not Even Jail, como Insight, como Pace is the trick, como esas horribles canciones que Bob Dylan le dedicó a Eddie Sedgwick. Y no entiendo, intento estar bien, pero no puedo dejar pasar una mínima oportunidad para echarlo todo a perder, para destruirlo todo y destruir a quienes me rodean. Cambiarles el agua por un trago amargo. Tarde o temprano, hasta los alcohólicos se cansan del alcohol... Y aún me pregunto cómo es que la gente puede olvidarme fácilmente. Lo mejor sería enterrarme para que puedan plantar sobre mí algo mejor. Y yo, ingenuamente creo que aún hay vacíos que no se pueden llenar. Todo es reemplazable. Todo. Hasta yo.


No queda de otra. Tanto lo estuve evitando que me ha llegado de golpe. Y este dolor se aloja en la boca del estómago, en la garganta, detrás de los ojos... Alguien dijo que el llanto es un animal oportunista que vive detrás de los ojos... Quiero desaparecer completamente, tal vez de esa forma desaparezca el dolor que vengo cargando, como a mi hijo más querido.

Todavía tengo miedo. Tengo miedo de ser feliz y que, otra vez, no pueda manejarlo... Pero, sabes? Aún no pierdo la esperanza...