7.5.08

La extraña historia de Julio Salamanca, el Cerebro...

O de cómo probé por primera vez la marihuana...


Tendría unos 12 años de edad y eran las primeras vacaciones que pasaba sola en el pueblo de Santa Bárbara. Jamás llegué a pensar que, por la temporada, serían unas de las más aburridas, o al menos eso era lo que se esperaba. Es decir, en un pueblo católico, en días de Semana Santa, donde los chavos andan en Pascuas Juveniles y pendejadas de esas, obvio que una rara como yo no tendría cabida en ese lugar.

Llevaba cuatro días vagando sola por el pueblo y nada parecía importarme. En aquella época no disfrutaba los bailes de rancho con cumbias, rancheras y demás géneros agropecuarios.

Llegó el día del Via Crucis, yo en mi estado de puberta rebelde y antirreligiosa decidí quedarme en un puente mientras los demás andaban de morbosos viendo cómo golpeaban al imitador de aquel jipi, al que conocen como Jesús.

Unos veinte minutos después apareció un tipo raro con gorra al revés y en una pantalonera de botones, como las que se usaban antes. Muy sonriente me dijo adiós con el ademán de 'amor y paz'. Se veía amable así que le sonreí. Pasó de largo y unos minutos después volvió a cruzar.

"¿Por qué tan sola?", preguntó.
"No pues... nomás, no quiero ir al Via Crucis, qué hueva", respondí.

Se sentó a platicar y a fumar un tabaco mientras me preguntaba cosas generales como mi edad, dónde vivía, nombre, etcétera etcétera etcétera. Nos fuimos a caminar por ahí, y con toda la confianza del mundo sacó un paquete de lo que, en aquel entonces, me pareció orégano.

-¿Te asustas? -preguntó.
-No... ¿Por qué?
-Pues nomás... ¿Vámonos al cerro?
-Órale

Así que allá, viendo toda la "ciudad" (porque a la gente no le gusta que Santa Bárbara sea llamado pueblo) fue que probé por primera vez la chistosita. Obviamente tosí demasiado, se me pusieron los ojos demasiado rojos y, como hasta ahora sucede, casi me moría del sueño.

Me contó sobre la panadería que tenían sus papás, la casa extraña de color morado que estaba ubicada en el centro del pueblo y de cómo sus hermanas siempre lo andaban hostigando para que se portara bien. Desde lejos señaló un graffiti que decía "cerebro" y, según me dijo, se había organizado un concurso de graffitis donde no había resultado ganador.

Nos pusimos de acuerdo para vernos esa noche y probar una pistola de postas creo, y golpearle a los botes. Típico entretenimiento para los ebrios de rancho.

Me encaminó a mi casa y ante los ojos sorprendidos de mi prima, me dijo: "nos vemos en la noche".

Ella, la santurrona, me regañó. Me dijo que era un marihuano, loco, 'volado', etcétera etcétera. Así que esa noche me sacó a pasear con sus amigas "uñas por dentro" y sólo pude ver de lejos a Julio Salamanca con la pesada mochila en su espalda.

A veces me escapaba y fumábamos, pasábamos el rato con sus amigos mala-influencia que generalmente estaban detenidos. Era tan extraño, los veías un día, desaparecían, y tres días después te los topabas con la misma ropa. Eso significaba que los habían encerrado. Lo más gacho es que, al ser menores, los padres pueden ir por ellos. Pero nunca nadie los reclamaba. Creo que varios de ellos actualmente ya están muertos. Ni pedo.

Esas vacaciones fueron muy extrañas. Y jamás, mientras visité Santa Bárbara, volví a ver al Cerebro.


Sin embargo, generalmente me lo topaba en los lugares más inesperados.

Cuando estaba en el bachilleres y tendría unos 16 años, estaba yo hable, hable, hable, hable y hable en la parada del camión y un muchacho me miraba fijamente. Nos subimos al mismo autobús donde nos tocó irnos juntos, de pie. Ahí fue donde me dijo que él era Julio Salamanca. Platicamos un rato, nos dimos los celulares y nos despedimos. Obviamente nunca le llamé.

Luego, una noche que fui a Futurama, quince minutos antes de que cerraran (11.45 aprox) me lo topé comprando un refresco de uva.

-¡Hey Julio! ¡Qué sorpresa! ¿Qué haces aquí?
-¡hola que onda! Me vine a vivir con mi hermana por aquí... Ahorita me dio mucha sed y me vine a comprar este refresco... ¿Quieres?
-Claro!

Nos sentamos a compartir el refresco y a platicar un poco.


Y esa, fue la última vez que lo vi...

Tiempo después se topó a mi hermano en el baño de un antro y le preguntó por mí. Obviamente, mi hermano no le dio mi celular y jamás he vuelto a saber del tipo.

No sé por qué me acordé repentinamente de Julio Salamanca. No siento nada por él, nunca fue mi amigo y ni siquiera recuerdo su rostro. Supongo que hasta debe ser mi vecino y me mira todos los días por la ventana, pero yo ni siquiera lo noto.

Es una de esas personas de las que te acuerdas repentinamente, cuando andas en tus viajes. Así como ahorita que recordé al "loncheritas"... Pero esa, es otra historia...

Me pregunto dónde estará ahora, aunque lo más probable es que esté muerto, casado o en gringolandia... Como todos sus amigos...


Broadcast - Before we begin

14.4.08

Ave: Amad a la dama Eva

Constantemente me imagino en la ciudad que nunca duerme...
Y yo con insomnio permanente...












En mi Defesito querido, estaría pasiando en mis noches de no-sueño... No que aquí, haciendo palíndromos...
y en honor a los palíndromos
algunas canciones de Neveroddoreven
interpretadas por I Monster

28.3.08

Qué bonito, qué barato... Está de moda


El otro día mientras mi papá manejaba lo más lejos posible con el fin de entretener a mi abuela, llegamos a un lugar en la avenida Dostoievski, cerca de Chihuahua 2000, donde vendían toda clase de accesorios para chavas... Collares, maquillaje, diademas y demás.

Total, mi papá entró a buscar una diadema (para mi abuela), cuando de pronto me dijo: "Mira, ven..."

Me llevó a un cajón donde había un chingo de cd's con su envoltura original y en muy buen estado. "Todos a $15"

Para no hacerla más larga, encontré el disco Odelay de Beck en ese precio y en un perfecto estado. Había otros discos raros pero ya no pude comprar... Eso de no traer dinero, ni 15 miserables pesos, está cabrón.


The New Pollution - Beck

26.3.08

Una lectura para antes de dormir...

Platero y yo, del escritor ganador del Premio Nobel, Juan Ramón Jiménez, resulta uno de los relatos más conmovedores que jamás haya leído...

Sobre todo si quieres que alguien te lo cuente antes de dormir...


I.

PLATERO


Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

Lo dejo suelto y se va por el prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándoals apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal...

Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar, los higos morados con su cristalina gotita de miel...

Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña... pero fuerte y seco como de piedra. Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:

-Tiene acero...

Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.




Luego otro capítulo muy bonito, que es uno de los que más me conmovió...



XLIX.
EL PERRO SARNOSO


Venía, a veces, flaco y anhlante, a la casa del huerto. El pobre andaba siempre huído, acostumbrado a los gritos y a las pedreas. Los mismos perros le enseñaban los colmillos. Y se iba otra vez, en el sol del mediodía, lento y triste, monte abajo.

Aquella tarde llegó detrás de Diana. Cuando yo salía, el guarda, que en un arranque de mal corazón había sacado la escopeta, disparó contra él. No tuve tiempo de evitarlo. El pobre perro, con el tiro en las entrañas, giró vertiginosamente un momento, en un redondo aullido agudo, y cayó muerto bajo una acacia.

Platero miraba al perro fijamente, erguida la cabeza. Diana, temerosa, andaba escondiéndose de uno en otro. El guarda, arrepentido quizá, daba largas razones no sabía a quién, indignándose sin poder, queriendo acallar su remordimiento. Un velo parecía enlutecer el sol; un velo grande, como el velo pequeñito que nubló el ojo sano del perro asesinado. Abatidos por el viento del mar, los eucaliptos lloraban más reciamente en el hondo silencio aplastante que la siesta tendía por el campo aún de oro, sobre el perro muerto.


22.3.08

Mi abuela es una niña otra vez...

.


Mi abuela ha entrado en una etapa de su vida que pareciera ser una introspección forzada. Un viaje por los más oscuros rincones de su mente. Ha vuelto a ser niña otra vez.

Recuerda su etapa de la infancia en Cualcomán, los incontables viajes a la Ciudad de México, su abuela de rojos cabellos que vivía en Estados Unidos, su hermana Josefina y las travesuras que hacía, y sobre todo, su padre... Su papá Tino.

A veces se imagina bailando o preparándose para ir a la escuela. Visitando a sus tías en el Distrito Federal, jugándole travesuras a su mamá y montando caballos en el rancho de sus tíos.

También cree que las luces de la carretera son patos, se asombra cada cinco minutos cuando mira la Luna y cree que las ambulancias son carros que llevan de un lugar a otro a los actores de un circo.



Ha vuelto a ser niña otra vez porque ha olvidado cómo cambiarse, le teme a la oscuridad, detesta irse a la cama sola, llora por su madre ya fallecida y no sabe cómo ir al baño.



No todo es perfecto...

La vida no es más que un vil trueque. Y a todos nos va a tocar.


Aphex Twin - Film

21.3.08

Huitlacoche


Hoy, en lugar de hacer mis planeaciones,
me puse a ver una página para niños donde
hablan de las palabras de origen náhuatl

Total, descubrí que Huitlacoche significa:
"el excremento que duerme en el elote".

... Qué importa, aún se me antoja mucho comerlo...



www.kokone.com.mx

18.3.08

estoy harta...

La verdad, estoy harta, harta de que por ser mujer e ir caminando por la calle, los tipos me griten de cosas, me sigan y etcétera.

No es por feminista, y si lo fuera no me importa. Pero me choca, sinceramente me choca tener que andarme cuidando de todos cuando camine por la calle, de soportar bizcos que me digan cosas en el elevador o que cuando vaya subiendo las escaleras los monos me vean con lascivia. Que me griten que estoy bien rica, que tengo nalgotas, que en el camión me acosen los que les gusta masturbarse o tocar las piernas y las nalgas, que me digan qué buenota, que soy puta por disfrutar mi sexualidad o no sé. Me siento realmente apenada, denigrada y molesta.

Dicen que el machismo y mal trato a la mujer persiste hasta que ella lo permite... Y aunque PARTE, y sólo parte de esto es cierto, los hombres no son unos animales para no saber comportarse como personas correctas dentro de la sociedad.

Sin embargo, de ahora en adelante, prometo que cualquier tipo que me moleste o me diga de cosas REALMENTE ofensivas obtendrá su merecido...

Como hoy...


Mi papá y yo salimos al centro y él me mandó al Servicio Postal Mexicano a dejar una carta. Total, en mi camino de regreso a la farmacia donde estaba mi papá, a un tipo se le ocurrió mirarme con lascivia y seguirme. Eso me molestó bastante, me entró la paranoia y me detuve. Esperé a que el mono avanzara y yo me fui tras de él. Sintió mis pasos detrás de él, volteaba constantemente y también le entró la paranoia. Se detuvo para ahora él volver a ir tras de mí pero antes me detuve a su lado y le dije: "para que sepas lo que se siente, a poco crees que a las mujeres nos gusta que nos sigan y nos digan de cosas? crees que está bien chido?"

Y ya... no me siguió el mono...


Todos vemos como normal que nos digan de cosas a las chicas, que nos piten en los carros o que, en casos extremos, abusen de nosotras, nos violen, nos maten y dejen nuestros cuerpos a la intemperie.

Es un mal de toda una cultura. La verdad yo estoy cansada. Me enoja, y me entristece sobre todo saber de chicas muertas y que, peor aún, no se resuelva.

La chica Paulina... Neta, a cualquiera le pudo haber pasado. ¿Cuántos de nosotros -hombres y mujeres- no hemos conocido personas en Internet? Por haber conocido a una persona equivocada no es justo que una muchacha sea ultrajada y luego asesinada.

No sé, tal vez esté pensando mal, muy mal, pero me gustaría ver un solo caso donde una mujer muerta no tuviera indicios de violación. ¿Por qué siempre la penetración? ¿Somos un objeto sexual para ellos? ¿Una muñeca inflable más real, hecha de carnita y que además pone resistencia?


Neta, hasta los animales matan nada más por necesidad...


Mogwai - Help both ways