16.2.08

Donitas Espolvoreadas

Una vez más, había sido despedida de su empleo. Trabajaba en una fábrica de pan como empaquetadora de productos, sin embargo, debido a la deficiencia en la calidad de algunas donitas espolvoreadas, (babeadas por ella) fue echada de su cargo. Pero eso no era lo que incomodaba totalmente a los supervisores, en realidad su apariencia dejaba mucho qué desear.

Su piel era de un tono amarillento, pálida, enorme, deforme, grotesca y llena de escamas. Pobre, no era su culpa, así había nacido. El estómago de un tipo con resaca la parió a través de un eructo.

Desgraciadamente, su personalidad también era difícil. Solía tener una actitud apática hacia el trabajo, era impaciente, nerviosa y amargada. A sus compañeros les solía crear una especie de frustración y desesperación. Nadie se juntaba ya con ella a la hora del almuerzo.

Así que, ahí estaba, el Hambre, a un lado de la banqueta. Sintió un vacío dentro de su estómago pero al no tener dinero, no podía comprar esas donitas blancas que tanto le agradaban. Sus referencias de empleo siempre eran malas y en ningún lugar la contrataban. La corrieron de la casa que alquilaba y se fue a vagar sin rumbo por las calles, cuando de pronto un tipo obeso se topó con ella, y a pesar de que ella era tan fea, le hizo una propuesta indecorosa que, por necesidad, se vio obligada a aceptar.

Vivió dentro del cuerpo de aquel hombre durante mucho tiempo. Éste la trataba bien porque, a pesar de su apariencia y sus actitudes, sentía un cariño sincero por ella y a su vez lo hacía feliz, le otorgaba el placer que estuvo esperando durante mucho tiempo, así que se dedicó a satisfacerla con toda clase de comida, además, las deliciosas donitas espolvoreadas que tanto adoraba, pasaron a formar uno de los gustos preferidos también del obeso.

Sin embargo, al conocer el gran poder que podía ejercer sobre las personas, dejó al hombre en un arranque de promiscuidad. Sintió la necesidad de estar dentro de otros estómagos ya que, según ella, con todos era una historia nueva, algo diferente. Y en efecto, su poder es grandioso, incluso aquellos que no se encuentran en posibilidades de satisfacerla, hacen luego hasta lo imposible por saciar al Hambre. Eso les gusta. A ella también. Fin.





Closer - Nine Inch Nails

6 comentarios:

Juancho dijo...

Ya me volvio a dar hambre...!

cHopan dijo...

carajo, hiciste que se me antojaran las donitas...
aah como me cai mal tambien la mentada hambre y mas cuando uno esta en la escuela o cuando te tienes que concentrar en algo...
Esta chido tu escrito.. la forma de poner al hambre como una persona.. y te welas pq eres de filosofiaaa..jaja

Pollini dijo...

ay sí ay sí...

no vuelvo a poner escritos
como este pues... puaj...

de ahora en adelante hablaré
de Valentín Elizalde
y el video de su autopsia ;)

la_mirada dijo...

jajaja podrias organizar todo un debate sobre ese video...

y pues difinitivamente el hambre siempre me acompaña, por eso es que ahora tengo que hacer ejercicio hahaha :S

Juancho dijo...

uy el cerebro de valentín, ya me dio hambre!!!

Anónimo dijo...

ese patín está bien denso pero el hambre si controla la mente bien sarro