Como fue contada a Ark un día...
Cierta noche me encontraba sola en casa, estudiando para un estúpido examen de cálculo (cuando solía tener exámenes y también cuando solía estudiar) cuando de pronto escuché el maullar de un gato justo afuera de mi ventana...
Yo odio a los gatos...
Los detesto...
Me asomé y ahí estaba, muy lindo, luego descubrí que era gata... Estaba linda, era de color canela y tenía unos bonitos ojos azules...
No paraba de maullar... Así que decidí salir al patio.
Salí al patio y ya no estaba... Había corrido... Seguramente había tenido miedo...
Volví a sentarme a estudiar y pasados unos cuantos minutos la escuché maullar nuevamente... Me asomé por la ventana y estaba sentada, como esperando a que yo saliera...
"Bueno -pensé- ahí voy"
Salí al patio y nuevamente ya no estaba... Como que ese jueguito me cansó... Me volví a sentar y se repite la historia... Sólo que ahora, cuando estuve a punto de cerrar la puerta del patio, la escuché maullar justo detrás de mí...
Me acerqué lentamente para que no huyera otra vez... Salí y se dejó acariciar...
- Hola gatita bonita, qué linda eres! -le dije.
-Uy qué mosha mosha monita (más cosas cursis puaj puaj puaj) tienes hambre linda? quieres una latita de atún?
Y en un español 'gatunamente' pronunciado me respondió:
- Mi trais uni liata diatúuuun??
Y la gata me miraba como si nada, tan tranquila como siempre...
Me levanté aún sorprendida y sin aliento. Me dirigí a la cocina donde abrí una lata de atún... Luego volví al patio y se la entregué a la gatica.
- MMMhhh Grrrrraciaaasss
Tomó la lata con sus pequeños dientes y se fue...
Cuando pude recobrar el aliento dije en voz alta: weeey! era un gato que hablaba!
y mi perro exclamó: qué loco, no?! wrof!
y mi perro exclamó: qué loco, no?! wrof!
(nah, eso sí me lo inventé)
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