22.10.11

La existencia se hace soportable

He soñado mujeres con viseras de metal y collares amarrados a sus mandíbulas, ellas los usan por las puras ganas de vanidad... He soñado pinturas de casas en llamas y ahora que desperté no puedo dejar de pensar más que en reproducirlas. He soñado conciertos de DJ's y riots en cantinas, perros moribundos y prostitutas en las avenidas; cascadas adornadas de luces como si fueran parques de diversiones, miradas obsesivas y falos eyaculando... Pero eso, te digo, eso no es surreal. La realidad es siempre más extraña que la ficción.

En un día he contado más de 50 cucarachas juntas que escalan las paredes y quedan atrapadas debajo de un tape mal pegado. Arañas e insectos conviviendo en un mismo lugar por el terror a ser muertas por humanos; he visto luciérnagas que un día creí ya extintas, he visto zancudos que después de picarte abren una herida de navaja en los pies y sus punciones arden como quemaduras, moscas succionando la sangre. Mayates saludarme cada mañana con un torso de esmeralda y abejas bebiendo gasolina...

He tomado muchas manos y todas ellas me dicen una historia distinta. La niña del vestido azul tomó mi manita y supe que quería mi cariño, la niña de los trazos torpes me escribió "te ciero" y me abrazó durante toda la mañana, sus manos son lodosas y de que juega fútbol, tan yo hace muchos años. El niño de la mirada se cubre sus ojos cuando llora, con las manitas llenas de pimienta. La vieja de las manos de lejía: nunca habían sido tan hermosas, jamás sus pétalos se vieron mejor. Algunas manos tiemblan, otras tienen un color verdoso, otras me acarician, otras más agarran mi corazón y lo confortan...

No, tal vez no sea soportable, pero la existencia sigue.